Fundador

Pierre-Richard Dick: el impulso creativo

“Carismático”, “trabajador”, “visionario”: aquellos que conocían al veterinario Pierre-Richard Dick recuerdan una personalidad extraordinaria, cuyas cualidades excepcionales aportó a la salud animal y a una fantástica aventura humana.

Desde su nacimiento en Alsacia en 1937, el único hijo de un pequeño contratista de materiales de la construcción, hasta su prematura desaparición en el mar en 1992, Pierre-Richard Dick se enfrentaría a un duro destino.

Un carácter de acero endurecido

La extraordinaria fortaleza de carácter de Pierre-Richard Dick estuvo arraigada a una infancia repleta de dificultades. En 1940 perdió a su padre tras sufrir heridas en el frente durante la Segunda Guerra Mundial, él tenía solo tres años. Ese mismo año, su madre se vio obligada a entregar el hogar familiar a las tropas alemanas en Saverne, Alsacia. Criaría a su hijo sola, primero en Dijon y luego en África. A los 11 años, en el aserradero familiar en Schirmeck, un camión con maderas le aplasta el tobillo a Pierre-Richard Dick. Otro gran golpe del que nuevamente se recuperaría tras nueve meses de inmovilización forzada. ¡Incluso hasta recorrió mil kilómetros caminando por el desierto de Mauritania una década después, durante su servicio militar con los Spahis! Frente a la adversidad, Pierre-Richard Dick construyó una base de valores que formarían un credo durante el resto de su vida.

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Empresario y constructor

En 1961, recién graduado de la escuela de Maisons-Alfort, el joven veterinario Pierre-Richard Dick completa su formación con un curso de microbiología en el Instituto Pasteur. Allí adquiere el conocimiento que lo guiará en el camino de las primeras vacunas producidas por Virbac. A los 26 años, se une a Ronchèse, el laboratorio de biología más antiguo de Niza. Su trabajo rápidamente le asegura un ascenso como director de investigación. Le esperaba una brillante carrera en un laboratorio de indiscutible reputación. Pero las ambiciones de Dick son completamente distintas. Empresario por naturaleza, el joven tenía ideas para vender: su sueño era básicamente crear su propio laboratorio y desarrollar nuevos medicamentos para combatir enfermedades de animales que, en ese momento, casi nadie las trataba o se trataban de forma deficiente.

 

La motivación que dio origen a la creación de Virbac fue la reunión del verano de 1965 entre Pierre-Richard Dick y Max Rombi, que continuaría siendo su socio hasta el comienzo de la década de los 80. Seis años mayor, Max Rombi tenía una pequeña clínica veterinaria en Niza. Los dos futuros cofundadores, que compartían muchas ideas y una intuición extraordinaria, forman de inmediato un dúo cuya sinergia fue el milagro que dio vida a Virbac. Fue la decisión de Pierre-Richard Dick la que cambiaría todo: durante el otoño de 1967, abandona la comodidad de su cargo en Ronchèse y se dedica a la creación de un laboratorio de investigación, Virbac. Pierre-Richard Dick inaugura una clínica veterinaria en el centro comercial Cap 3000, la primera en Francia. Durante dos años, utilizaría los ingresos provenientes de su centro para financiar la compra de materia prima y desarrollar los primeros medicamentos. En 1970, vende la clínica para dedicarle el 100 % de su tiempo a Virbac.

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Ambición e intuición: una mezcla explosiva

¿Quién podría imaginar, en enero de 1968, que el simple laboratorio creado en un pequeño apartamento de tres habitaciones en Niza se clasificaría 50 años después entre los diez laboratorios veterinarios más grandes del mundo? Mientras el joven Pierre-Richard Dick preparaba polvos antibióticos para veterinarios locales, ¿presentía lo que estaba por venir? De cualquier modo, sus elecciones estratégicas fueron visionarias desde el principio. A partir de 1969, mucho antes que otros laboratorios, Virbac se centró en los animales de compañía, incluso cuando el mercado de los animales de producción todavía dominaba el mercado. Impulsado por su director ejecutivo, el laboratorio apunta internacionalmente desde el comienzo. Tercera elección clave: aquella impulsada por las necesidades tangibles de los veterinarios, lejos del fundamento de la investigación básica que había conocido hasta el momento. Se había sentado la base para el éxito a largo plazo. Una base sólida sobre la que los equipos de Virbac invierten incansablemente para mantener una empresa repleta de valores humanos, con el deseo de emplear la innovación para abordar problemas relacionados con la salud animal.

 

Pierre-Richard Dick siempre fue un adicto al trabajo. Dormía muy poco: de tres a cuatro horas por noche. Y demostró una curiosidad insaciable. Nunca dejó de leer, investigar, viajar y reunirse frecuentemente con personas, documentar todas sus observaciones e ideas en el pequeño cuaderno que siempre llevaba consigo. ¡Cuántas veces sus empleados encontrarían una página de su cuaderno o un artículo científico publicado en otras regiones sobre sus escritorios con una sugerencia para investigar! Para él, el conocimiento y la curiosidad, que forman la base de la innovación, así como la audacia y el riesgo, son la base de los mayores éxitos colectivos. Estos son los pilares del espíritu de Virbac que los equipos continúan adoptando en la actualidad.

El grupo Virbac

Valores

Cuatro fechas para un único destino

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1961: graduado de la escuela de veterinaria de Maisons-Alfort, Pierre-Richard Dick se une al Instituto Pasteur para completar su formación en virología y bacteriología.

1968: Virbac, primer acto. La compañía farmacéutica dedicada a productos de veterinaria se instala en un pequeño departamento de tres habitaciones en Niza.

1985: impulsado por su fundador, Virbac comienza a negociar en el Mercado secundario de la Bolsa de Valores de París.

1992: Pierre-Richard Dick muere en el mar a los 55 años

Mauritanie.pngCampamento en Mauritania: hacia fines de la década del 50, luego de finalizar sus estudios de veterinaria, el médico Pierre-Richard Dick viaja más de mil kilómetros en el desierto como parte de su servicio militar. Descubre un talento incipiente de liderazgo que luego será su fortaleza en la vida.

Reception mairie Nice.pngPierre-Richard Dick le habla a un grupo de veterinarios y empleados de Virbac en una recepción en el ayuntamiento de Niza a comienzos de la década de 1980.

Bateau PRD.pngPierre-Richard Dick en el timón de su bote durante Swan Cup en 1982. El médico Dick, su esposa y sus cuatro hijos solían estar, a menudo, a bordo del bote familiar compartiendo simples placeres. Es a su lado donde su hijo, Jean-Pierre, descubre la navegación, los placeres y sensaciones de la regata. También fue una oportunidad para crear vínculos con su padre.