Consejos para vivir un día tranquilo y feliz en la playa
Nunca pierdas de vista a tu perro, especialmente cuando se bañe. Es un actividad muy placentera, pero que no está exenta de peligros.
Examina la playa. Es muy importante buscar zonas de poca profundidad, donde no haya corrientes fuertes, ni algas donde se pueda enredar.
No le obligues a meterse al agua. Hay perros a los que no les gusta bañarse o que necesitan su tiempo para meterse, así que nunca le fuerces, ya que le puedes generar una mala experiencia que desemboque en miedo al agua y la playa. Si no se quiere meter al agua, refréscale echándole un poco de agua por el cuerpo para reducir su temperatura corporal.
Debe mantenerse siempre hidratado. Un problema común en las playas para perros es el peligro de un golpe de calor, muchas veces porque nos olvidamos de ofrecerle agua, pero como hemos comentado antes, siempre con cuidado.
Controla su diversión con la arena. Si a tu perro le gusta trastear con la arena, vigila que no la ingiera y, en el caso de que le guste hacer agujeros, tápalos para evitar accidentes indeseados.
Una ducha antes de irnos. Cuando haya terminado la jornada, es recomendable darle una ducha para retirar restos de sal y arena, así como para proteger la piel y el pelo de nuestro perro.
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